If you look for the victory, you can reach it.

Cualquier persona que me conozca un poco, sólo un poco, sabe que ni por asomo soy futbolero. De hecho, suelo despreciar bastante éste deporte por parecerme uno de los más absurdos y violentos, con permiso del rugby. Pero bueno, ganar un Mundial es algo que va más allá del simple hecho del deporte. Quizás no te interesa la política, pero si una crisis. Ni el cine, pero si saber quién se ha llevado el Oscar. Ni los videojuegos, pero de ahí a no saber quien es Mario Bros. ...Un abismo. Por eso, he de dedicar una pequeña actualización a España.

Porque el simple hecho de haberlo vivido, resulta increíble.

Quizás, no te guste el fútbol. Pero ésto es un momento único, y has estado ahí para verlo. Durante toda tu vida seguirá apareciendo en la televisión esa imagen de Casillas levantando una copa del mundo, y seguramente tus hijos te preguntarán. Y podrás decirles con orgullo que lo has visto, y no sólo eso, también que lo has vivido. Que has estado en una fuente gritando con otras doscientas personas. Que has caminado por calles abarrotadas como jamás has visto, y que te has bañado en la playa con tus amigos, y con ropa. Y eso, no tiene precio.

Es algo que probablemente moriremos sin ver, y no es momento de desaprovecharlo. Ver como todo un país es capaz de olvidar las cosas malas, como puede unirse por un sueño común, como todos juntos festejan como hermanos...te puede esperanzar a que puede existir un mundo mejor.

Ésta victoria va más allá del fútbol.

Muchos lectores no estarán de acuerdo con ésto. De ser así, prefiero decir que os abstengáis de comentar si va a ser para llevarme la contraria, porque no me apetece entrar en absurdos debates.

Y tras ésta pequeña dedicatoria hacia el deporte español, una de las pocas razones, junto con el arte y la literatura, por los cuales uno realmente puede sentirse orgulloso de ser español, solo puedo decir:

Enhorabuena, campeones.

Hoy, todo un país se siente orgulloso de vosotros.