5.7.10

we all learn to make mistakes.

Cada vez que intento escribir, me pregunto qué hago aquí.

Intentaré actualizar el blog un poco más a menudo, pero la verdad es que no sé con qué. Éstos días no puedo evitar la euforia de que España esté cerca de la victoria en el Mundial de Sudáfrica...a la mierda mis principios antifutbolísticos.

Además, estoy yendo muchísimo a la playa y saliendo cantidad, gracias a vosotros, que os amo demasiado y lo sabéis :3. En fin, sigo teniendo una pequeña espinita clavada...algo que impide que todo sea perfecto. ¿Será amor? De alguna forma, no he superado tu marcha, y además, siendo ésta tan involuntaria. Tengo el corazón totalmente dividido: una parte es mucho mayor que la otra, pero tiene como obstáculo la distancia, que para mi alma es infranqueable. La otra, mucho más inferior y pequeña, tiene como obstáculos el desconcierto, la duda, y la esperanza. Puede que el pez pequeño termine comiéndose al grande.

No puedo evitar sacar el maldito tema...cuando te hablo, parece que nada ha cambiado. Que sigues aquí acariciándome el pelo y tarareándome los openings absurdos de Disney Channel. Hablando con tu dulce voz y besándome con tus sublimes labios. Pero no estás. Y en tu lugar hay desconcierto, duda y esperanza.

Todo está bien, hasta que vuelvo a encerrarme en éste ordenador, dónde estás tú. Todo está bien, hasta que vuelvo a salir a la calle, donde está él. Es entonces cuando la parte pequeña destroza a la grande. Es entonces cuando el grande demuestra su incuestionable majestuosidad, y aterroriza al pequeño. Tengo miedo, la verdad.


Miedo a tu vuelta. A que todo sea como antes y a que tengas que volver a partir.

Aunque quizás, para entonces, el pez pequeño termine comiéndose al grande.

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